Se dice, con justa razón, que San Fernando es una de las ciudades donde la cultura ha tenido un desenvolvimiento más ágil y más intenso que en otras ciudades de Chile. Muy cierto. Se han encargado de demostrarlo grupos literarios como Los Afines, Urcicinio Peña, Los Labradores, etc.
Sin embargo, haciendo honor a la verdad, hasta hace muy poco tiempo este desarrollo de la cultura se circunscribÍa a un sector limitadÍsimo que asistÍa a las conferencias o a las exposiciones. Gracias al tesonero esfuerzo de Los Afines, la cosa ha ido cambiando lentamente hasta encontrarnos ahora con un cÍrculo mucho más amplio y más interesado.
El Guerrillero, consciente de su labor, ha querido salirse de sus páginas para dar más oxÍgeno a la cruzada de la cultura organizando un ciclo de conferencias periódicas, que hará lo posible por mantener durante mucho tiempo.
El público de San Fernando comprendió de inmediato nuestra intención y, el jueves pasado, acudió a la Biblioteca del Liceo de Hombres en gran número, como pocas veces se ha visto, llenando totalmente el local y quedando alrededor de 30 personas de pie. Esto es un Índice que nos demuestra que contamos con la aprobación de nuestro público lector. Su presencia es el mejor aliciente que hemos podido recibir para continuar adelante esta honrosa tarea de repartir a manos llenas la cultura a nuestro pueblo.
La próxima semana anunciamos a una gran figura polÍtica nacional y destacado escritor chileno, Baltazar Castro, cuya inclusión en este ciclo de conferencias nos honra plenamente. Y después de él un sanfernandino, Alfonso Fuenzalida, quien esgrimirá un tema de notable interés para todo el mundo: “La actualidad social obrera”.
Nosotros esperamos que cada conferencia tendrá el éxito obtenido por Juan Danús el jueves pasado, con lo que nos sentiremos ampliamente satisfechos porque estaremos haciendo algo por la cultura y el arte, más allá y al margen de nuestras páginas.
Estimamos conveniente invitar a cualquier lector nuestro, que sienta necesidad de expresar sus ideas en una charla, para darle la tribuna correspondiente que le permita dar libre juego a sus planteamientos. Ese es nuestro deseo, que nuestros propios lectores sean nuestros futuros conferencistas.