El desgraciado desaparecimiento del avión LAN Chile DC3, junto con herir brutalmente sus 16 años de seguridad de vuelo sin registrar accidentes, ha enlutado al deporte nacional.

Ocho jugadores del Green Cross, equipo que estaba militando en la División de Ascenso el año pasado, venÍan de pasajeros. Nosotros los sanfernandinos los conocemos. Los vimos jugar en nuestra cancha defendiendo bravamente sus colores. Ellos son Lito Contreras, Dante Coppa, Héctor Toledo —un muchacho de Nancagua, el colchagüino de la tragedia—, Berti González, Alfonso Vega, José Silva, David Hermosilla y Eliseo Mouriño, por quien existe consternación en Buenos Aires ya que fue uno de los grandes cracks del fútbol rioplatense, figura destacadÍsima del Boca Juniors.

Todos los amantes del deporte sienten, en lo más profundo de sus sentimientos, este pesar hondo que recorre al galope todo el litoral de Chile.

Los aviones que surcan los aires, los barcos que están cubriendo todo el litoral, las patrullas de Ejército y Carabineros que se adentran en la costa y en la montaña mantienen la expectación, a través de todo Chile, en una democrática búsqueda que tiene con el corazón en la mano a todos los chilenos y que ya ha repercutido con ecos trágicos en casi todo el continente.

Una vez más la desgracia ha venido a tronchar el lÍmpido azul del cielo nacional. Desde hace dieciséis años LAN Chile no registraba ningún accidente, lo que la hizo merecedora de valiosos premios de seguridad.

Desde este rincón de El Guerrillero queremos hacer llegar nuestro aliento a toda la gran familia futbolista de Chile por esta desgracia que se cierne sobre ella, ante el desaparecimiento de ese avión que lleva ocho muchachos del balompié.

Estamos seguros que el Deportivo Colchagua sabrá apreciar el dramático significado de esta gran desgracia y estará a la expectativa de brindar cualquier ayuda moral o económica a las familias de los jugadores del avión LAN.

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