Profunda conmoción ha causado, en muchos cÍrculos sanfernandinos, la injusta medida tomada por Sanidad de hacer desaparecer a las diez venteras de la Estación de Ferrocarriles del Estado. Sanidad, o Departamento de Higiene Ambiental, ha adquirido esta actitud a través de todo el paÍs, tendiente a provocar una mayor cesantÍa, con el pomposo propósito de higienizar el paÍs. Pero ha empezado por las patas, en vez de comenzar por la cabeza.

AquÍ en San Fernando se inició la batida con las patitas de chancho y la cabeza de lo insalubre, del monstruo de los microbios que son las caballerizas, especialmente la de Carabineros, que está precisamente al lado de una central de artÍculos de consumo como es el mercado y la feria libre. La deja vivita y coleando. Una posición muy clásica de Sanidad, que hace valer la ley del embudo cuantas veces sea preciso.

Los inspectores de Sanidad se pasean por las ferias libres como capataces, dispuestos a dar el latigazo a la primera irregularidad, pero cuando pasan frente a las caballerizas parecen angelitos recién caÍdos del cielo.

Todos los comerciantes, los pequeños comerciantes desean unirse para defender su derecho al trabajo. Los feriantes deben prestarle su concurso a las viejitas de la Estación para no permitir estos atropellos. ¿Desde cuándo acá se les ocurrió a los pulcros defensores de las moscas de las caballerizas que las patitas de chancho eran insalubres?

Las venteras las han vendido toda su vida y ellos, por muchos años, les han extendido certificados para permitirles la venta. Ahora no, porque se les ha puesto que las patas en vitrinas son las únicas comestibles.

El Guerrillero, hoy más que nunca, está dispuesto a dar la batalla por la defensa del trabajo y por hacer prevalecer la justicia. Si las autoridades no ponen coto a este sistemático proceso de desocupación, removeremos cielo y tierra y los acusaremos cuantas veces sea posible a la opinión pública de esta verdadera impudicia que es permitir caballerizas en pleno centro y provocar cesantÍa a quienes han trabajado toda la vida en la venta de productos.

Los feriantes santiaguinos les salieron tiesos de mechas a Sanidad y un Dr. Ayub fue paseado por todo Santiago colgado de un palo.

El Guerrillero hace suyas las palabras del diputado comunista por Concepción, Jorge Montes, quien en el pleno de su organización dijo: “Que lo sepan, nos uniremos hasta con el diablo con tal de solucionar los problemas de las clases trabajadoras”. El Guerrillero ya lo ha hecho en otra ocasión y puede decir con orgullo que, gracias a una valiente y decidida campaña, se renovaron las ferias libres en San Fernando y las defenderá hasta las últimas consecuencias, y no escatimará esfuerzo en hacer lo propio con las venteras de la Estación.

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