Los momiachos están de pláceme. Su gigantesca maquinaria publicitaria está funcionando con las calderas al rojo. Caos económico. Junten rabia, gritan, y parece que estuvieran felices tamboreando en el cacho del escándalo. Pero ellos saben que las cosas no son como parecen.
Veamos. ¿Qué pasaba antes con el alza de los precios? Que simplemente eran una cuchillada en pleno corazón del presupuesto. ¿Por qué? Porque el alza de los precios se producÍa después de los reajustes. Si en un año, por ejemplo, el alza del costo de la vida era de un 36%, reajustaban los sueldos y salarios en menos de ese porcentaje, y una que otra vez en el cien por ciento de las alzas. Pero inmediatamente después venÍan otras nuevas alzas que dejaban en sal y agua los reajustes salariales.
En este Gobierno popular ha ocurrido todo lo contrario. Primero las alzas de los precios y, enseguida, el reajuste a los trabajadores para absorber al tiro los mayores precios.
En primer lugar hay que decir que después de la subida de precios existente viene un bono compensatorio de E° 700 para todos los trabajadores, tanto del sector público como del sector privado, desde el 1 de septiembre. Y desde el primero de octubre un reajuste igual, al cien por ciento del alza del costo de la vida.
¿Cómo es esto? Muy sencillo. Se calcula que hasta antes delos nuevos precios, el alza del costo de la vida era de un 32%. Se calcula que con la subida de ahora deben sumarse unos 18 puntos más. Es decir, el alza del costo de la vida subirá a un 50% más o menos. Y el Gobierno popular ha dicho que los reajustes desde el 1 de octubre de este año serán de un 100% del alza del costo de la vida, esto es, un 50% para el reajuste de sueldos y salarios. El salario mÍnimo obrero es de E° 900; quedará entonces en E° 1.350 mensuales.
Esto se llama defender a los trabajadores, defenderles la olla. Pueden gritar y aullar todo lo que quieran, pero por primera vez en Chile la tortilla ha venido a darse vuelta. Hay alzas, sÍ, pero hay reajustes de inmediato. Y esta vez los reajustes no son en enero, sino que tres meses antes, buscando por todos los medios de favorecer al trabajador. Esto es lo que hiere a los reaccionarios.
Por otra parte, estas alzas de precios son un duro golpe para quienes hacÍan pingues ganancias con el contrabando, con el acaparamiento y la especulación. Es bien sabido que los artÍculos de consumo en Chile son apreciablemente más baratos que en los paÍses limÍtrofes, lo que era el paraÍso de los contrabandistas. Ahora se van a ir de hocico, porque los costos les van a subir al doble.
Creemos, eso sÍ, que debÍa haberse participado más a las mesas de estos planes porque, de esa manera, habrÍa mas conciencia de lo que se pretende. En este momento la presión de la burguesÍa es brutal y es natural que exista el desconcierto.