Ahora ya sin disimulos, las cosas han venido esclareciéndose con los cierres reiterados del comercio. Ya no se trata de un gremio, sino que simplemente de un nuevo aparato manejado por la burguesÍa y el imperialismo, que reaccionan —por eso se les llama reaccionarios— al proceso histórico y revolucionario que vive el mundo. Particularmente en Chile están jugando el papel protagónico que les asigna la derecha y el imperialismo norteamericano.
Para asumir esta posición, montaron toda escenificación con anterioridad para ir distorsionando lo que realmente eran. Se hicieron los buenos, los caritativos, los progresistas, para terminar enseguida en los enemigos declarados de los trabajadores y los amigos putativos inseparables de los patrones.
Pero no todo es oro lo que reluce. Los verdaderos y auténticos comerciantes detallistas fueron perdiendo la paciencia, hasta que la perdieron definitivamente. Ellos finalmente son pueblo. No tienen mansiones, no tienen coches de lujo, no viajan al extranjero y vivieron explotados y expoliados como la gran mayorÍa de los chilenos. Se deslumbraron en el primer momento con un grupo de tÍteres que usaban una fraseologÍa demagógica hasta que finalmente descubrieron la verdad.
Hoy los más decididos, los más valientes, se rebelaron. Naturalmente que el vocero fenicio, por medio de la vieja cloaca, los trata de crumiros, pero finalmente los grandes crumiros son ellos porque le dieron vuelta la espalda a sus hermanos de clase, simplemente porque juntaron la plata, que a fin de cuentas les pudrió el alma y el pensamiento. Y ahora viene el castigo.
El grupo de comerciantes libres, hasta la coronilla con tanta politiquerÍa, saltaron a la arena y comenzaron a multiplicarse. La última reunión sostenida fue extraordinariamente importante por su número y por el espÍritu combativo que los anima.
La Cámara de Comercio cruje por todos lados: es como una galleta Hucke. Los rebeldes son cada dÍa más. Plantean sus problemas con realismo y valentÍa. Acusan a la camarilla dirigente de ser prepotentes, abusadores y que se arrancan con los tarros a cada rato.
Y esto se cierto. Ninguno de los cierres realizados ha tenido consulta de las bases. Se reunen los del centro, respaldados por conocidos miembros del Partido Nacional y de Patria y Libertad, y toman las decisiones. Después las hacen cumplir a machetazos. El que no se pone en la lÍnea es amenazado, insultado y agredido. ¡Flor de gremio! Dios los bendiga por muchos años. Pero se cortó el hilito. El Comité de Comerciantes Libres irá creciendo en la medida que cientos de comerciantes pequeños, a través de la provincia, sepan que no están solos, que son muchos los hastiados y que ha bastado solo el primer grito rebelde para que se juntaran espontáneamente, dispuestos a dar la gran batalla.