Los caballeros de la derecha terminaron por enojarse definitivamente. No quieren conversar siquiera. Se irritan si se les habla que es necesario llegar a un diálogo para evitar que chilenos se enfrenten a chilenos. No quieren el diálogo, y eso es fácil comprenderlo. Nosotros decimos que es malo que se enfrenten chilenos con chilenos, pero eso ellos no lo entienden, porque para ellos la cosa no es de chilenos contra chilenos sino de ricos contra pobres, de tal manera que están dispuestos a ir a los coscachos.

El cardenal y los obispos de Chile hicieron un dramático llamado a la concordia para evitar la guerra civil y nosotros pensamos que un 90% de los chilenos han aceptado el llamado. Pero los caballeros no.

Patria y Libertad se ha declarado organismo clandestino y anuncia que derribará al Gobierno. Un viejo loco alza los brazos y grita “las últimas elecciones son fraudulentas” y los diarios sediciosos agarran papas. Quieren la guerra civil.

Los obreros de la ciudad y el campo entienden que se terminó el hueveo y que ahora la cosa va en serio y se preparan para la embestida, y si los caballeros quieren chuchoca van a tener chuchoca.

Tengo en mis manos un dato concreto. En estos últimos dÍas se han formado doce comités de vigilancia, de autodefensa y ataque en algunas fábricas, predios agrÍcolas, poblaciones y servicios públicos, además de los que ya existÍan y que se formaron con mucha energÍa. Tengo información también de que hay otros seis comités formándose y que en esta semana quedan totalmente constituidos. Agreguemos que la formación de estos comités es una tarea principalÍsima de los trabajadores y que se está cumpliendo rápidamente.

AsÍ que el tandeo terminó. Si quieren chicha van a tener chicha, pero no tienen la más remota idea con qué chicha van a curarse.

Por lo demás, ¿quién dijo que nosotros no podÍamos enojarnos nunca? ¿Por qué confunden nuestros deseos de hacer las cosas en paz con la cobardÍa? ¿Quién mierda ha dicho que los trabajadores chilenos son cobardes? Andan jugando con fuego y se van a mear en la noche. Que lo sepan: aquÍ no hay miedo. Dejen hacer lo que legal y constitucionalmente nos corresponde y si se quieren echar la ley al bolsillo, aténganse a las consecuencias porque somos muchos para morir y siempre quedará alguien para volarle la cabeza al último momio de este paÍs.

No echamos en saco roto trabajar hasta el final para evitar la guerra civil, pero si finalmente es inevitable, no habrá compasión para nadie.

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