Los caballeros ancianos de la Corte Suprema y la Corte de Apelaciones han sido pillados in fraganti haciendo chanchullo. Los muy respetables y honorables han cometido delito. En estos momentos están en tela de juicio: se han echado al bolsillo una ley que dice claramente que no pueden recibir más de veinte vitales mensuales del Fisco. Y desde el presidente Enrique Urrutia Manzano para abajo han delinquido muchos caballeros. Hace un tiempo atrás se hicieron los cuchos y consultaron a la ContralorÍa General de la República qué pasaba con esa ley, y la ContralorÍa muy acholada les dijo que estaban procediendo mal, pero que estimaba que los caballeros estaban procediendo de buena fe, asÍ que devolvieran la plata y se limitaran a só elo los veinte vitales. Ninguna de las dos cosas se hizo y ahora los senadores de la UP le pidieron a la ContralorÍa que actuara.
El escándalo es sonado. Los diarios de derecha guardan un silencio que los hace cómplices del robo de un dinero que pertenece a los pensionados del Servicio de Seguro Social.
Si yo robo una gallina, voy preso por tres años y un dÍa. Si apelo, ambas cortes se negarán, me tratarán de ladrón, me sentiré podrido y me meterán dentro de una cárcel en donde aprenderé, además de robar gallinas, a robar bicicletas o pavos: es decir, me mandan a lograr una especialización. Me dejan como el forro, con el papel de antecedentes manchado, por lo que no me darán pega en ninguna parte. En resumen, los santos caballeros de la Corte celestial me cagarán para el resto de mi vida.
Ahora bien, si el ladrón es rico se harán los lesos, como se hicieron con los billullos de marras. Si el caballero es momio se jugarán enteros para salvarlo, como ha sucedido con el señor Viaux y los otros caballeros de El Mercurio que propician la guerra civil.
Hablando claro, estos caballeros no merecen respeto. Está bien que yo, que soy pobre, sea un sinvergüenza, merezco la cárcel y el escarnio público. Lo que no está bien es que estos ancianos caballeros que administran justicia sean tan sinvergüenzas como yo, por lo tanto merecen la cárcel y el escarnio público, pero que primero devuelvan la plata embolsicada porque pertenece a los pensionados del Servicio de Seguro Social.
Esperamos que si queda un resto de justicia honorable en Chile, todos estos caballeros que primero se hacen los cuchos en un beneficio y enseguida se declaran en rebeldÍa infringiendo una ley sean debidamente castigados y se coloque gente decente en las Cortes para defender la dignidad de Chile y la justicia.